EN EN LÍMITE DE LA CASA DEL PADRE

LOS CRISTIANOS NOS HEMOS OLVIDADO DE ALGO PRIMORDIAL EN NUESTRA FE: ESTE MUNDO ES UN PUENTE HASTA LA CASA DEL PADRE. HAY UN MÁS ALLÁ DE LA MUERTE Y HAY UN ALMA INMORTAL. Y LA CIENCIA,LA MEDICINA,LA NEUROCIENCIA Y LA MECANÍCA CUÁNTICA NOS DICEN QUE ES CIERTO.
EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE CONTADAS POR SUS TESTIGOS Y ANÁLISIS DE DICHAS EXPERIENCIAS DESDE UN PUNTO CIENTÍFICO Y ESPIRITUAL.

TESTIMONIO DE RENA (GRECIA). CAUSA: ACCIDENTE AUTOMOVILÍSTICO

En la primavera de 1975, asistía a mi penúltimo año de la escuela secundaria en Grecia, en una escuela pública.  En ese momento, la educación de escuela secundaria no era mixta en mi país, así que esta era una escuela solo para mujeres.  Durante ese día soleado, nos llevaron a caminar por los parques que rodean el paseo frente al mar de nuestra ciudad.  Thessaloniki está construida alrededor de la herradura del Golfo de Thermaikos y ese es el lugar favorito para pasar el tiempo en un día soleado.  Mi mejor amiga y compañera de clases se había casado secretamente ese verano (hubiera sido expulsada si los maestros lo hubiesen sabido) así que nos considerábamos una pareja de adolescentes “sofisticadas”, demasiado sofisticadas para pasar tiempo en el parque junto al mar.  Ella llamó a su joven esposo para que nos recogiera en su auto y nos llevara a la cafetería hasta que finalizara la excursión escolar…pero las cosas no salieron tan bien para ninguna de nosotras. 
Cinco minutos después que él nos recogiera, a menos de una milla en el Boulevard de la Bahía, nos encontramos en un serio accidente.  Un taxi que venía de una de las salidas laterales perdió el control y nos golpeó, a alta velocidad, justo en el medio de nuestro auto.  Yo estaba sentada atrás, justo detrás del conductor.  
Lo último que recuerdo era que gritaba “¡Cuidado!” mientras que el taxi venía hacia nosotros y luego… 
Me encontré subiendo en el aire, a toda velocidad dentro de un túnel, ligera como una pluma.  Un túnel lleno de orificios a todo alrededor a través de los cuales entraban haces de luz brillante.  Podía escuchar el dulce sonido de cientos de campanillas en el viento y nunca me había sentido tan feliz o con tanto éxtasis en toda mi vida mientras giraba y giraba. Escuchaba las campanillas y disfrutaba el sentimiento de felicidad sintiendo que quería más. ¡Este sitio era tan hermoso que no era suficiente lo que estaba sintiendo u obteniendo de él y sentía que tenía que verlo todo! Miré hacia arriba y vi el final del túnel lejos…una luz hermosa muy brillante que no dañaba mis ojos; un destino que estaba ansiosa por alcanzar. 
Sin embargo, algo dentro de mí me forzaba a mirar hacia abajo también.  No estoy segura si era una voz o era curiosidad – sin embargo, yo sabía que tenía que regresar. 
Me di cuenta que estaba a cientos de metros arriba en el aire ya que lo que captó mi mirada fue el techo del Hotel más alto y costoso de esa área, construido junto al mar.  Recuerdo haber visto el bar de verano y las mesas con sombrillas de rayas blancas y amarillas a todo el derredor. ¡El Hotel estaba en nuestro punto de salida cuando abordamos el auto!  Inmediatamente, me di cuenta que no tenía cuerpo, solo ojos. El túnel desapareció, los giros se detuvieron y ahora estaba flotando a baja velocidad perdiendo velocidad lentamente pero constantemente, floté en el viento bajando hacia el área del Boulevard, acercándome más y más al sitio del accidente. 
El increíble sentimiento de felicidad se había desvanecido ahora. Sólo era una curiosa y fría observadora de lo que estaba viendo en este inesperado viaje por el aire. 
Al llegar al accidente solo estaba a un par de metros arriba en el aire. Vi nuestro auto casi enrollado alrededor de un poste de electricidad a un lado de la calle. Un mercedes blanco estaba estacionado cerca de éste y mi mejor amiga, sana y salva, fuera del auto –aún en pánico- le pedía a los hombres que salieron del auto que la ayudaran a sacarnos al resto de nosotros. La silla del conductor no se abría pero ellos sabían que su esposo estaba vivo ya que estaba gimiendo del dolor – sus costillas estaban rotas. 
Uno de ellos era alto con una camisa blanca mientras que el otro era más corpulento con una franela verde y una pequeña calva en la parte de atrás de su cabeza. Yo sabía esto ya que desde mi ángulo los veía directo desde arriba y no podía ver sus caras. 
Ellos debatían sobre el hecho que él estaría más seguro con la ambulancia que venía en camino, así que abrieron la puerta trasera para ayudar al otro pasajero. Allí estaba mi cuerpo recostado, inconciente en la silla trasera.  Yo estaba completamente conciente de que ese cuerpo me pertenecía pero…no tenía ningún sentimiento, ninguna emoción, ninguna compasión…solo un espectador revoloteando en ese momento, a un metro arriba de la escena, ligeramente de lado. 
Los hombres tomaron mi cuerpo, cada uno por un pie y lentamente me halaron fuera de la silla trasera.  Escuché a mi mejor amiga preguntando si estaba viva. El hombre de la camisa blanca le aseguró que yo todavía estaba respirando y que me llevarían al hospital más cercano. Ella los ayudó a ponerme en la silla trasera del mercedes y durante este momento yo bajaba y bajaba…Cuando el mercedes salió, sentí que pasaba a través del techo del auto hacia el interior, más cerca de mi cuerpo. 
Lo próximo que recuerdo es despertar en una silla de ruedas con una enfermera a mi lado, llevándome por el pasillo del hospital hacia la sala de emergencias.

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